ENTREVISTA: La crisis nicaragüense SERGIO RAMÍREZ Ex vicepresidente sandinista de Nicaragua

"Ortega intenta consolidar un régimen autoritario"
ORIOL GÜELL - Madrid - 14/11/2008
El Pais

Casi 30 años después de la entrada victoriosa de los sandinistas en Managua, el escritor Sergio Ramírez (Masatepe, 1942) denuncia el "peligroso autoritarismo" de Daniel Ortega, el líder de una revolución de la que Ramírez fue uno de sus protagonistas. Un peligro que ya percibió en 1995, cuando fundó el Movimiento de Renovación Sandinista (MRS) para enfrentarse al Frente Sandinista de Liberación nacional (FSLN) de Ortega. El ex vicepresidente de Nicaragua (1984-1990) atendió ayer por teléfono a EL PAÍS desde San Pedro Sula, en Honduras.

"Es fundamental que la UE y la OEA insistan en un recuento limpio"

Pregunta. ¿Qué está ocurriendo en Nicaragua?

Respuesta. El presidente, Daniel Ortega, está intentando consolidar un régimen autoritario y necesita legitimarse con un apoyo popular que no tiene. Eso explica el fraude en las elecciones municipales del domingo. Pero eso es sólo el último paso de una elaborada estrategia para perpetuarse en el poder.

P. ¿Cuándo empezó esa estrategia y adónde conduce?

R. Lo primero fue hacerse con el control del Consejo Supremo Electoral. Así consiguió que el MRS y otros partidos fueran excluidos de las elecciones. Luego impidió la presencia de observadores internacionales para poder manipular los resultados y concederse una gran victoria. Lo siguiente será presentarse en la Asamblea Nacional para promover el cambio constitucional que le permita seguir en el poder.

P. ¿Cómo se hizo el fraude?

R. Hubo muchísimas irregularidades: cierre de colegios, expulsión de fiscales (interventores)... Pero el mayor fraude se produjo en la transmisión de datos, que eran manipulados para favorecer al FSLN. Por ejemplo, mi centro de votación, el 501 de Managua, que está en un barrio donde Ortega tiene poco apoyo, no figura en las actas. ¡Ha sido borrado!

P. ¿Cómo puede resolverse la situación?

R. Hay que volver a contar todos los votos en todo el país.

P. El Gobierno ha aceptado hacerlo, pero sólo en Managua.

R. Eso es un movimiento estratégico peligroso. Si las irregularidades han sido denunciadas en todo el país, ¿por qué sólo aceptan el recuento en Managua? Puede ser una especie de oferta a los liberales: entregarles la capital a cambio de que se permita al FSLN quedarse con el resto del país, a pesar del fraude.

P. ¿Puede aceptar la Alianza Partido Liberal Constitucionalista (APLC) algo así?

R. Es difícil de saber, la situación en Nicaragua es muy compleja. Ortega llegó al poder hace dos años gracias a un pacto con el ex presidente Arnoldo Alemán, que sigue controlando el APLC, para cambiar la ley electoral. Alemán, a cambio, puede cumplir su condena por corrupción en casa. El pacto implicaba también un reparto del poder en las instituciones. Lo que ocurre ahora es que Ortega ha sido demasiado ambicioso y ha hecho un fraude al que podemos llamar poco equitativo.

P. ¿Y cuál es el papel del candidato liberal a la alcaldía de Managua, Eduardo Montealegre?

R. La situación del partido liberal es ahora también muy delicada. Montealegre y otros candidatos liberales creen que han ganado limpiamente las elecciones en Managua y están luchando por ello. Incluso Alemán puede sentir que Ortega le ha traicionado y le ha quitado demasiadas alcaldías. Pero si el APLC se pone demasiado duro contra el FSLN, Ortega tiene la baza de revisar el cumplimiento de condena de Alemán y mandarle de vuelta a la cárcel.

P. ¿Qué papel juega la comunidad internacional?

R. Hugo Chávez ya ha felicitado a Ortega, pero él es un presidente que ha amenazado con los tanques a las provincias de Venezuela que no le apoyen en las elecciones. Es fundamental que la UE, la Organización de Estados Americanos (OEA) y demás instancias insistan en la necesidad de un recuento limpio. Sólo si queda claro dentro y fuera de Nicaragua que ha existido un fraude generalizado será posible detener las ansias autoritarias de Ortega.